Lomas se han visto afectados por la irresponsabilidad
no solo de los turistas, sino también de aquellos que
incentivan su visita, pero no su conservación. En las
Lomas de Quilmaná, se promueve de manera
expansiva el turismo, sin controles ni políticas que
regulen comportamientos dentro de ella.
De acuerdo con Pulido (s.f.), la economía
medioambiental busca cuantificar estas pérdidas
(daño a la salud, deterioro de recursos naturales y
reducción del disfrute de la naturaleza) y determinar
el camino más eficiente para reducirlas, así como
comparar el coste del daño ambiental con el coste de
la mitigación. Para analizar los costes y beneficios de
reducir el daño medioambiental, los economistas
deben comparar cambios en el bienestar económico
actual con cambios en este bienestar a futuro.
Según el Servicio de Parques de Lima (2014), en el
Perú, de forma tradicional se conocen 67 lomas: 9 en
la costa norte, 23 en la costa central y 35 en la costa
sur. Mediante el cuidado de esta área se puede
obtener agua por medio de atrapanieblas, lo que
puede ser una alternativa de solución para aquellos
pueblos de difícil acceso que no tienen servicios de
agua potable.
Claros (2013) expresa que, La Reserva Nacional de
Lachay es la única ANP por el estado a nivel Nacional,
Región Lima y Local que, protege y conserva una
muestra representativa del ecosistema de lomas en el
Perú. Al igual que las Lomas de Lachay, las 67 lomas
que existen en el Perú deben ser protegidas por el
Estado ya que son propiamente de la naturaleza y que,
como tal, podrían obtenerse grandes beneficios.
Una vez puesta en marcha el ecoturismo a través del
turismo comunitario fomenta el desarrollo
socioeconómico de los residentes locales e incentiva
el respeto y la conservación de la cultura y el medio
ambiente, esta funciona como una herramienta de
lucha contra la pobreza en países en vías de
desarrollo, garantizando así el desarrollo sostenible
(Orgaz & Cañero, 2015) entonces el ecoturismo
involucra a las comunidades a ser partícipe de cada
proceso turístico, aprendiendo así a conocer lo
positivo que traería la actividad ecoturística.
Como es el caso de las lomas de Amancaes, Del
Castillo et al. (2018) señalan que una organización
local denominada Protectores Ambientales de la Flor
y Loma de Amancaes (PAFLA) ha venido
desarrollando desde el 2013 la motivación al cuidado
de las Lomas una iniciativa de conservación
comunitaria que tiene como mecanismo de
intervención principal el llamado Circuito Ecoturístico
Lomas de Amancaes, además de otras como la
restauración ecológica.
Es entonces que el ecoturismo permite que tanto
los turistas, como los pobladores, es decir la población
en general, pueda concientizarse y entender lo
importante que es el ambiente en el que habitan la
flora y fauna pues de esa manera se originan actitudes,
valores y conocimientos que generan soluciones
ambientales. El poner en marcha actividades como
son la difusión y educación ambiental en la misma
comunidad, en los colegios del distrito, en
universidades, generan grandes cambios para las
problemáticas ambientales que conlleva a las Lomas
de Quilmaná a su desvanecimiento. Mayorga y
Treggiari (2018) afirma que el papel que debe asumir
el estado es de suma importancia porque son ellos
quienes priorizaran los recursos naturales que posee
las lomas debido a que son un importante ecosistema
de la provincia de Cañete, dado que tienen relación
cultural y socioambiental importante con los
habitantes, tanto en el pasado como ahora.
Es decir, son fundamentales para el desarrollo tanto
en crecimiento económico, social y para poder
combatir la pobreza. Lastimosamente, estas lomas se
van perdiendo por causas antropogénicas por ello se
considera al ecoturismo un factor importante para
crear conciencia en las comunidades sobre las
especies y el entorno en el que viven.
Durante el contexto del COVID -19, para garantizar
una visita segura, el Servicio Nacional de Áreas
Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP)
implementó medidas de bioseguridad. Asi se tiene
que la Reserva Nacional de Lachay fue una de las áreas
naturales protegidas que en el 2021 reanudaron sus
actividades y visitas turísticas. (SERNANP, 2021).
Frente a ello las Lomas de Quilmaná se vio en la
necesidad de implementar medidas sanitarias por
responsabilidad y cultura propia debido a que no
existe un compromiso de autoridades competentes
con las Lomas de Cañete. Aun así, no se desarrolló
actividades turísticas como en los años 2019.